Iniciativas para promover la igualdad de género y la autonomía económica de las mujeres
Organizar los quehaceres domésticos, ayudar a los chicos con las tareas escolares y llevarlos al colegio, asistir y acompañar a las personas mayores o a los hijos con discapacidad, pagar las cuentas. La lista de actividades no remuneradas que cualquier vecina o vecino realiza a diario es extensa. Y hay que organizarse para intercalarlas con […]
Organizar los quehaceres domésticos, ayudar a los chicos con las tareas escolares y llevarlos al colegio, asistir y acompañar a las personas mayores o a los hijos con discapacidad, pagar las cuentas. La lista de actividades no remuneradas que cualquier vecina o vecino realiza a diario es extensa. Y hay que organizarse para intercalarlas con las laborales.
En la Ciudad de Buenos Aires la distribución de aquellas tareas no remunerativas sigue siendo desigual entre varones y mujeres. Según la Dirección de Estadísticas de GCBA, las mujeres destinan casi dos horas más que las que les dedican los varones: un total de 5.29 horas diarias a estas responsabilidades. Ese tiempo representa, además, casi el 70% de una jornada laboral.
La situación es más grave para las mujeres que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad social y económica, sector que dedica 6 horas diarias a los cuidados y tareas domésticas. Y mucho peor en los hogares monoparentales con jefa de hogar mujer.
Estas desigualdades tienen un impacto directo en la autonomía económica de las mujeres. La alta dedicación a los cuidados y a las tareas domésticas genera que dispongan de menos tiempo para su uso personal, lo que atenta contra sus posibilidades de capacitarse, desarrollar o impulsar sus emprendimientos, mantener una presencia continua en el mercado laboral, así como de tener ingresos propios.
La disparidad también se ve reflejada dentro del mercado laboral: mientras 7 de cada 10 varones participan de ese universo, sólo 5 de cada 10 mujeres trabajan o están buscando trabajo. Además, las mujeres tienen una fuerte presencia en sectores de servicios domésticos y cuidados de personas, segmentos con gran informalidad y bajos salarios pero que se adaptan a la mayor sobrecarga que enfrentan las mujeres con respecto a las tareas de cuidado.
En este marco, el Gobierno de la Ciudad está trabajando para que el género no sea una limitante para prosperar en el mercado laboral, vivir una vida sin violencia y asumir posiciones de liderazgo en los ámbitos público, privado y comunitario. Y en ese sentido, la campaña de sensibilización #TareasParejas apunta a reconocer y revalorizar las tareas de cuidado, haciendo hincapié en la importancia de redistribuir los quehaceres domésticos y en que no haya tareas de mujeres o de varones.
“Impulsamos esta campaña para concientizar a todos los hombres y mujeres de la Ciudad acerca de la importancia en la corresponsabilidad en las tareas de cuidado. Reconocemos que es una tarea que requiere dedicación, horas y quita tiempo de trabajo remunerado a quien la ejerce. Desde ahí miramos la igualdad”, explica Marisa Bircher, secretaria para la Igualdad de Género del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
#TareasParejas busca concientizar sobre este tema y se complementa con una serie de herramientas concretas y precisas, que van desde oportunidades de formación y trabajo, a una infraestructura de 2.000 espacios de cuidado que incluyen Centros Integrales de la Mujer, escuelas infantiles, juegotecas, hogares de residencia permanente para mayores y escuelas de educación especial, entre otros.