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El palacio legislativo porteño cumple 90 años y lo celebra con una muestra fotográfica

El edificio de la Legislatura porteña, que sobresale en el microcentro de la Ciudad de Buenos Aires por su torre de 95 metros de altura y su forma triangular, cumple este domingo 90 años, y las autoridades lo celebrarán unos días después, con una muestra fotográfica y la presentación de un libro que cuenta las […]

El edificio de la Legislatura porteña, que sobresale en el microcentro de la Ciudad de Buenos Aires por su torre de 95 metros de altura y su forma triangular, cumple este domingo 90 años, y las autoridades lo celebrarán unos días después, con una muestra fotográfica y la presentación de un libro que cuenta las «historias del palacio».

Rodeado por las calles Perú, Hipólito Yrigoyen y Diagonal Sur, el palacio Ayerza, donde en la actualidad funciona la Legislatura porteña, fue inaugurado el 3 de octubre de 1931, para ser sede del Honorable Concejo Deliberante de la entonces municipalidad, y lleva el nombre de quien lo diseñó y dirigió su construcción, el arquitecto Héctor Ayerza.

Allí tuvo un despacho Eva Duarte de Perón, desde donde dirigió su fundación a partir de 1947 y hasta poco antes de su muerte, en 1952, y allí también fue velada, ocasión en que las multitudes coparon las inmediaciones del edificio, que puede verse desde la Plaza de Mayo.
En el interior de su perímetro triangular, el palacio legislativo tiene un recinto de sesiones semicircular, varios salones protocolares, una gran biblioteca y los despachos de los 60 legisladores, además de las oficinas del personal y una sala de prensa llamada «Mariano Moreno», en honor al prócer de la Revolución de Mayo, quien fue abogado y periodista.

Distribuidos en cuatro pisos y un subsuelo, todos estos espacios están conectados entre sí por escaleras, pasillos y ascensores, que pueden resultar un laberinto al visitante nuevo, pero que también le parecerán fascinantes, ya que al recorrerlos encontrará, entre otras cosas, una cúpula vidriada que representa al sol y es sostenida por estatuas de atlantes.

Además, podrá subir la Escalera de Honor, hecha de mármol, caminar por la galería de los bustos, que recuerda a antiguos intendentes, y conocer el Salón Dorado, inspirado en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles, Francia.
También, con suerte y algún contacto, el visitante podrá subir a la torre de los cuatro relojes y ver de cerca cómo sus grandes engranajes dorados se activan a cada minuto.

Estos cuatro relojes se encuentran en cada uno de los lados de la torre del palacio, que supera los 90 metros de altura, y que permite tener desde allí una perspectiva del centro porteño que abarca la Plaza de Mayo, el Cabildo, la Casa Rosada, las torres de Puerto Madero y hasta el Río de La Plata.

A lo largo de la historia del palacio Ayerza, los ciudadanos no sólo acudieron allí con fines turísticos o para despedir a sus figuras públicas más queridas, como ocurrió en los funerales de Eva Perón (1952), Fernando Peña (2009), Gustavo Cerati (2014) y Cacho Castaña (2019), entre muchos otros.

En varias ocasiones, se amontonaron allí miles de personas para protestar, como ocurrió en 2004 con la aprobación de un nuevo Código Contravencional, cuando algunos manifestantes incluso ingresaron al edificio, ante la sorpresa del personal y el enojo de los efectivos policiales.

Más cerca en el tiempo, en agosto de este año, miles de hinchas de San Lorenzo se acercaron a la Legislatura a festejar la aprobación de una ley que permite al club de fútbol construir un estadio en el barrio de Boedo, del que debieron irse durante la última dictadura cívico militar.

Sin embargo, con la pandemia de coronavirus, disminuyó notablemente la afluencia de visitantes al palacio y a las protestas en sus inmediaciones, y también se vieron afectadas las actividades legislativas que se realizan regularmente en su interior.

Desde marzo de 2020, las sesiones legislativas, al igual que las reuniones de comisión donde se debaten los proyectos de ley, se realizan de manera mixta, es decir con algunos legisladores en el recinto, o en los salones, y otros conectados de manera virtual desde sus despachos.

Tampoco pueden ingresar al recinto, por el momento, los periodistas, asesores y visitantes que solían copar los palcos que rodean al semicírculo donde están las 60 bancas de las diputadas y diputados.

Sin embargo, se espera que con la flexibilización de las restricciones, el edificio vuelva a tener paulatinamente la vida agitada que supo caracterizarlo.
Los preparativos para celebrar el 90º aniversario de su construcción también estuvieron marcados por la pandemia, ya que comenzaron antes de que el descenso de casos de covid permitiera realizar actividades que estuvieron suspendidas.

De todas formas, el 13 de octubre a las 17, los diputados Agustín Forchieri (Vamos Juntos), María Rosa Muiños (Frente de Todos) y Roy Cortina (Partido Socialista) encabezarán un acto donde dejarán inaugurada una muestra fotográfica, en la que se exhibirán las 15 imágenes ganadoras de un concurso abierto a la comunidad convocado por la Legislatura en julio pasado.

Al concurso se presentaron más de 150 fotografías del edificio, tomadas por participantes que lo recorrieron junto a personal de la Legislatura.
En el acto, además, se presentará el libro «90 años de historias», que reúne textos de los diputados Forchieri, Muiños y Cortina, quienes se desempeñan hace varios años en la Legislatura.

En esos textos, los diputados hablan de la historia del edificio y su patrimonio, pero también abordan otros temas, como el rol de la mujer en el Poder Legislativo, el cambio de Concejo Deliberante a Legislatura, cuando la Capital Federal pasa a ser Ciudad Autónoma, y cómo se trabajó allí durante la pandemia.

Un dato quizás paradójico sobre los orígenes de este edificio es que, si bien fue pensado para ser sede del Concejo Deliberante y su construcción comenzó en 1926, durante la presidencia de Marcelo T. de Alvear, su inauguración fue cinco años después, en 1931, sin que el cuerpo de concejales, disuelto por el golpe de Estado de 1930, pudiera asistir.